jueves, 27 de noviembre de 2008

El ayer

La transición del presente en el recuerdo, deja vulnerado al ser: domina la razón, llega a la consigna de primar el pensamiento; se filtra entre la sangre y cree que necesita de esos instantes que viven en el tiempo; se convierte en las córneas y cree que necesita de la visión para no olvidar esos destellos; se convierte en ayer, tangible para que corra a abrazar el momento que ya es humo. Te consume hasta develar tu lado blando, débil.

Menos mal que cuando la razón ingresa, se pone como una laguna celosa e impide que las gotas de la lluvia ingresen a sus dominios. Movemos la cabeza y, como ahora, continuamos con nuestras vidas.

Harry Cañari Atoche

2 comentarios:

Miguel González Aranda dijo...

Me gustó tu escrito, felicidades por tu técnica.

Un saludo y gracias por visitar mi sitio.

Nos leemos

Anónimo dijo...

Estaba buscando algunas cosas de prosas y encontré tu blog. Posees mucha sensibilidad y buena dirección de lo que quieres decir.

Estefani