jueves, 27 de noviembre de 2008

El ayer

La transición del presente en el recuerdo, deja vulnerado al ser: domina la razón, llega a la consigna de primar el pensamiento; se filtra entre la sangre y cree que necesita de esos instantes que viven en el tiempo; se convierte en las córneas y cree que necesita de la visión para no olvidar esos destellos; se convierte en ayer, tangible para que corra a abrazar el momento que ya es humo. Te consume hasta develar tu lado blando, débil.

Menos mal que cuando la razón ingresa, se pone como una laguna celosa e impide que las gotas de la lluvia ingresen a sus dominios. Movemos la cabeza y, como ahora, continuamos con nuestras vidas.

Harry Cañari Atoche

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ceguera


Si suspirara el pómulo, quizá pueda hablar con la córnea y le podría narrar el solitario hecho de aceptar el destino, lo bello que puede ser ver desde otra óptica, la vida; ver en lo más oscuro del alma, caminar tanteando -pero seguro a la vez- saber dónde estás yendo; dónde se colocada cada parte de tu faz; sentir cada color de las cosas, sin necesidad de reconocerlas. Si todo o todos vieran la dinámica sabrían que son más que personas sin una facultad, serían reconocidos y aceptados en ésta sociedad, sin dudar.

Harry Cañari Atoche

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Doppelgänger

No, no es que se vea entre sí ante un espejo, es que son dos, dos pequeños seres que viven dentro de sí y mutan sus pensamientos, lo digieren pero se bifurcan, se amplían, se contrastan, se extrañan, se unen y vuelven entre sí a sonreírse, por el mismo espejo, el del alma.

Harry Cañari-Atoche

domingo, 9 de noviembre de 2008

Sonrisa de vida



Es que por lo que me cuenta, ha nacido no con llanto, sino con risa; no más regalo para un padre que su primogénito; y a qué hombre no se le quebraría la voz del alma, ya con cuarenta años y con las canas en las patillas, ha visto sus ojos dulcemente cegados y ha cogido sus manitas que tratan de llamar y sostener más que el dedo de su padre; rojizo, robusto, tibio lo mira como a una suave canción. Le estampa el beso en su frente media arrugada; le sonríe Matías y su padre se enternece soltando voluntariamente una lágrima.

¡Sonríe Matías, qué de seguro tendrás más de un día para no llorar! ¡Sonríe Matías que de seguro serás la bendición de aquel hogar!

Harry Cañari-Atoche

sábado, 8 de noviembre de 2008

Anagrama


Anagrama. Sí, así se llama este novel blog, novel en el sentido figurativo, pero creo con una gran raíz. Quiero, abusar de tu confianza en las lecturas y tocar un tema u otro y porqué no escribirlo aquí; en los cuentos o poemas o relatos y diarios encontrarás cosas inéditas. Cosas que, espero, puedas leer.

Gracias por tu tiempo.

Harry Cañari-Atoche